En el mundo del anime existen dos maestros especializados en el drama, uno muy reconocido por su trabajo en toradora!, Tatsuyuki Nagai y otra el gran maestro Tatsuya Ishihara, este ultimo encargado de dirigir animes del calibre de Haruhi Zusumiya y Clannad (ambas temporadas), dichos directores tiene un ojo clínico a la hora de mostraros historias que como principal propósito tengan el sensibilizar al público.
Concentradnos en Ishihara, en mi humilde considerar el gran maestro del drama podemos encontrar en sus trabajos verdaderas obras de arte en cuanto a lo visual se refiere, un claro ejemplo de esto Clannad After Story donde dicho director se toma su tiempo para relatarnos la historia de Tomayo y Nagisa protagonistas del primer Clannad, es en el After Story donde podemos observar a un director más creativo y libre durante el transcurso de la sucesora temporada, el ritmo por el cual se desarrolla esta segunda temporada es muy lento pero visualmente muy detallado, el director se toma la libertad de mostrarnos el ambiente de un forma pausa, con encuadres tipo fotográficos al ambiente donde se desarrollan los personajes, las calles, objetos cercanos, las personas al alrededor hasta los mismos insecto o tomas al cielo, este recurso narrativo no hace más que inundarnos de una forma visual del lugar y forma donde se desenvuelve la historia. Otro gran punto a remarcar de dicho trabajo es el hecho que en el mismo el director se encuentra en una etapa más madura y corrigiendo muchos de los detalles que en previos trabajos no le habíamos visto, los remates en las secuencias dramáticas, la música y los diferentes volúmenes e intensidades según la escena, los encuadres a los rostros de los personajes, la inmensa variedad de ángulos en una sola escena con tomas incluso a las sombras, el detalle en el diseño de personajes que comprende vestimenta, anatomía incluso el hecho de los ojos que contribuye de una forma gigantesca para brindar ese estilo tierno en los personajes femeninos y los ojos un tanto más cerrados para proporcionar un detalle de seriedad en los hombres.
Ishihara puede hacer de personajes insulsos y hasta con bases en clichés comunes en el anime protagonistas que cautiven al público, con escenas memorables en prácticamente en cada capítulo y guiones sencillos pero profundos y con un gran toque de sensibilidad. No existe mejor director dramático que Ishihara, al que también le tendríamos que acomodar el mote de detallista, porque al fin y al cabo eso es lo que hace la diferencia entre un gran director y uno mediocre los niveles de detalle y cuidado en sus trabajos.
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