Hace algunos años el 6 de enero era una ocasión especial en todo sentido, al habitar en un país es su mayoría católico sin duda el día de los reyes magos era de gran trascendencia hace no mucho tiempo, no con esto quiero decir que ahora no lo es pero es claro que la influencia algo sajona ha ido mermando dicha tradición.
Algunas personas consideran que el mentir a los niños haciéndolos creer sobre seres extraordinarios que llegan en la noche del 6 de diciembre a darles regalos es algo malo ya que dicha mentira algún día tendrá que concluir con la desastrosa verdad que solo traerá decepción y falta de confianza en algún futuro.
Muchas otras personas están concientes de los efectos que pueden traer el decir una mentira a sus hijos pero no le dan mucha importancia y al igual no hacen.
Soy un personaje que desde que tiene uso de conciencia sabe la horrible o también encantadora verdad sobre los reyes magos, considero que los niños tienen el derecho a ilusionarse y creer en lo que quieran por que en cierta forma es parte de su desarrollo y también creo el conocer la verdad cuando la edad lo requiere forma de igual manera en su forma de formarse, el punto primordial es el hecho de dejar a los niños creer e ilusionarse ya que sin duda alguna cuando sean mayores verán que el mundo no es un lugar tan dulce y ya tendrán tiempo para sufrir decepciones y crueles verdades.
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